6- PRINCIPIO POLÍTICO
La separación entre la Iglesia y el Estado.
Los bautistas, basados en la Biblia, reconocemos la existencia del Estado (Mt. 17:24-27; Jn. 19:11; Rom. 13:1-7), y los propósitos que Dios tiene también para éste: orden, justicia y bienestar social.
También creemos que la orden de Dios es que obedezcamos y que oremos por los gobernantes (Mt. 22:21; Tito 3:1; 1ª Pedro 2:13-17).
Además creemos que debe haber una autonomía e independencia de acción indispensable entre el Estado y la Iglesia, ya que cada entidad Iglesia – Estado es útil en su lugar (Ef. 1:21-22; 1ª Tim. 2:1-5).
Ahora bien, algunas de las implicaciones prácticas de este principio son las siguientes:
CIUDADANIA EJEMPLAR
Como ya dijimos antes, y citamos algunos textos para ello, creemos que los creyentes bautistas deben ser ciudadanos ejemplares, cumpliendo las disposiciones de justicia, de trabajo, de orden y de interacción social en busca del bien de la sociedad a la que pertenecemos.
LEALTAD AL REINO DE CRISTO
Sin embargo, la lealtad al Estado tiene un límite, y como cristianos bautistas estamos dispuestos a mantenernos fieles a los decretos divinos expresados en su palabra aún cuando esto signifique desobedecer a las disposiciones del Estado (Hch. 4:19; Dan. 6).
Esto regularmente sólo sucederá cuando el Estado implemente leyes injustas que violen las garantías individuales de la gente, cosa que en países democráticos y libres generalmente no ocurre.